Gracias al impulso de Alex Franco y un grupo de aficionados a la mineralogía acababa de
constituirse Harridunak, Asociación Vasca de Mineralogía y Paleontología, entre cuyas
actividades principales figura la realización de excursiones para conocer in situ lugares
relacionados con la geología, la minería…

Es por ello que rápidamente se organizó la que iba a ser la primera salida de nuestra
asociación. El lugar elegido para ello fue Artaun y sus conocidos Espatos de Islandia.

El yacimiento de Artaun nos permitía visitar uno de los lugares más reconocidos de la
mineralogía vasca, recoger muestras en un entorno espectacular y, no menos importante,
celebrar esta primera salida alrededor de una buena mesa en uno de los restaurantes del
pueblo.

Desde un comienzo las excursiones se enfocaron no tanto a la obtención de ejemplares de
colección como al aspecto didáctico, compartiendo información geológica de los yacimientos,
minerales que se pueden encontrar , o la misma localización geográfica de los mismos para
que los socios pudieran visitarlos cuando quisieran.

Además, el hecho dar mucha importancia a la divulgación de la geología y la afición a los
minerales entre los más pequeños, obliga a planificar las salidas al campo minimizando al
máximo los riesgos, aun cuando esto suponga renunciar a visitar algunas zonas o condicione la
obtención de muestras espectaculares.

Por todo ello Artaun y sus escombreras al pie de la sierra de Aramotz ofrecían el lugar perfecto
para inaugurar este tipo de actividad.

Así que el día D a la hora H allí nos juntamos un nutrido grupo de aficionados con ganas de
pasar un buen rato entre compañeros de afición. Algunos se conocían entre ellos, otro no,
pero pronto surgió el espíritu de camaradería y amistad que ha caracterizado desde entonces a
nuestra asociación. Podemos decir que el espíritu de esta primera salida y el buen ambiente
reinante han sido los elementos clave que nos han acompañado a lo largo de los años.

Hechas las pertinentes presentaciones nos pusimos a recorrer el camino que lleva al
yacimiento. Un buen rato después, tras una caminata entre pinares alcanzamos la zona rocosa
donde a lo lejos ya se veían las escombreras terrosas que identifican este yacimiento.

Pronto alcanzamos la zona donde buscar muestras, y en un abrir y cerrar de ojos todos los
presentes estaban mirando al suelo, escarbando y obteniendo los primeros ejemplares. Partiendo los bolos grandes de calcita buscábamos dar con algún trozo transparente que llevar
a casa. Quien más quien menos todos empezaron a tener algún espato de Islandia en la
mochila, así que un buen rato después y ya con ganas de probar las famosas alubias de Artaun
(tanto como sus calcitas transparentes), bajamos al pueblo.

La comida no defraudó las expectativas, así que entre alubias e historias sobre minerales
pasamos el resto de la tarde, tras lo cual dimos por terminada la salida con las ganas de
repetir, ya que la experiencia había sido muy positiva a tenor de los comentarios que después
recogimos entre los asistentes.