La excursión a Burgos para visitar el yacimiento paleontológico de la Sierra de Atapuerca y la mina Esperanza nos trajo como novedad la utilización de un autobús para desplazar a socios y acompañantes hasta el lugar de destino.

No es fácil para un colectivo como el nuestro, de procedencias geográficas dispares, organizar una salida en autobús, pero ésta era la ocasión perfecta dado que esperábamos una importante afluencia de aficionados, dado lo atractivo de salida.

En pocas ocasiones se puede conseguir aunar la visita a un yacimiento referente mundiales en la evolución humana, con poder adentrarnos en el interior de una antigua mina de hierro, y todo en apenas 15 kilómetros. No cabe duda de que esta zona de la provincia de Burgos ha sabido aprovechar su riqueza natural para consolidarse como un destino cultural de primera magnitud que cada año ve ampliada su oferta con nuevas actividades: parque paleontológico de Atapuerca, futura ampliación del recorrido visitable de la mina Esperanza, talleres didácticos…

En lo que se refiere a nuestra excursión, el primer destino era Atapuerca, con su célebre sima de los Huesos y todo lo que rodea a este yacimiento que ha supuesto un antes y un después en la historia de la evolución humana.

Lo que quizá no muchos conocen es que el yacimiento de Atapuerca quedó al descubierto gracias a la realización a finales del siglo XIX de un ferrocarril minero para transportar mineral desde la sierra de la Demanda hasta Villafría y desde ahí llevarlo al País Vasco. Para salvar el desnivel fue necesario excavar la trinchera por donde hoy caminan los visitantes en su recorrido por Atapuerca y de forma involuntaria y por puro azar se encontraron evidencias de restos fósiles que casi un siglo después supuso el descubrimiento de Atapuerca.

Como inversión fue una auténtica ruina pero tenemos que agradecer a sus promotores que su fallido proyecto sirviera para dar a conocer aspectos fundamentales de la evolución. Un pequeño consuelo para sus descendientes, porque lo que es herencia, al menos de este proyecto no vieron ni un penique.

El parque de Atapuerca se visita siempre con guía así que atentos a las explicaciones que nos dieron fuimos recorriendo todo el recinto. En la zona de la trinchera nos enteramos de las andanzas de “Miguelón” usando una reproducción del cráneo que allí se descubrió y al que pusieron ese nombre. Más tarde, en la zona del parque arqueológico, pudimos participar en demostraciones de uso de sílex, tiro con arco…una auténtica gozada para pequeños y mayores.

Tras reponer fuerzas volvimos al autobús y nos dirigimos a la cercana localidad de Olmos de Atapuerca. En esta población se explotó hasta 1973 un filón de hematites, siendo abandonado por su escasa rentabilidad. Tras décadas de abandono, en 2007 se iniciaron trabajos de recuperación de la zona minera culminando los mismos en 2013 con la apertura al público de unos 200 metros de galerías en la mina Esperanza. Desde entonces se han ido añadiendo nuevas actividades relacionadas con la geología y la minería lo que ha contribuido a que junto con Atapuerca formen un notable conjunto turístico que cada año atrae a más visitantes.

Nosotros disfrutamos mucho de la visita a la mina tras la cual volvimos al autobús y finalizamos esta jornada por tierras burgalesas.