El sábado 4 de Noviembre era la fecha escogida para visitar las mineralizaciones de plomo-cinc del valle de Karrantza, concretamente la mina Angela, y la cantera de dolomía de Ranero.

Para ello, a las 10:30 horas de la mañana un nutrido grupo de socios nos reunimos en la plaza del barrio de Ambasaguas, dentro del municipio de Karrantza, para desde allí, dirigirnos al cercano barrio de Matienzo, donde se encuentra la Mina Angela, nuestro primer destino del día.

Esta antigua explotación beneficiaba una serie de filones de galena, fluorita, y blenda, que tanto a cielo abierto como mediante labores de interior, fueron objeto de actividad industrial a partir de los años 40 del siglo XX. Se mantuvo en actividad hasta 1977, fecha en la que se finalizaron las labores debido al agotamiento de las reservas existentes y el elevado coste de extracción del mineral.

Sin embargo, la notoriedad de la mina Angela no viene de su actividad industrial, ni tampoco de la calidad desde el punto de vista coleccionístico de los minerales que proporcionó, sino que lo es por ser pionera en Bizkaia en cuanto al aprovechamiento
de sus instalaciones como reclamo turístico.

En 2006 el Ayuntamiento de Karrantza inició las pruebas para acondicionar la mina de cara al acceso de visitantes con la apertura parcial de las instalaciones. Ante la afluencia de visitantes, entre 2008 y 2009 se ha procedido a una nueva actuación en la mina, de cara a su apertura definitiva al público. Antes de la inauguración oficial se nos ofreció la posibilidad de realizar una visita a la mina Angela, gracias a los compañeros que en el marco de su actividad profesional al colaborado en este proyecto.

Lamentablemente, a la fecha que redactamos estas líneas, y consecuencia de la falta de fondos provocada por la crisis económica, el proyecto de Mina Angela se encuentra totalmente paralizado, sin visos de ser retomado.

Volviendo a la visita en sí, pudimos recorrer diversas galerías, observando los filones de fluorita todavía visibles en el techo, y los trabajos de vaciado de otros filones dejando los consiguientes huecos en la montaña.

En las proximidades pudimos recoger algunas muestras de fluorita masiva, de tono violáceo, así como de galena y blenda.

Desde Matienzo, ya bien entrada la mañana, partimos hacia El Molinar, otro de los múltiples barrios del municipio de Karrantza, donde comimos e hicimos tiempo antes de subir a la cantera de dolomía de Ranero.

Esta antigua cantera, durante cuya explotación se descubrió la Cueva de Pozalagua, está actualmente convertida en un anfiteatro natural, donde se ofrecen ocasionalmente conciertos y otras representaciones artísticas. Sin embargo, en contra de lo que pudiera parecer, en las labores de restauración de los frentes, la técnica empleada de corte vertical, permite observar muy claramente las características geológicas de esta explotación, así como los diferentes colores de la dolomía.

Recorrimos las diferentes gradas de la cantera, y gracias a la explicación de algunos compañeros, pudimos hacernos una idea del proceso de formación de estas rocas y los usos industriales de las mismas.

Con la niebla echándose encima decidimos volver rápidamente a los coches, antes de que el tiempo empeorara.